Mi primera boda: nervios, errores y por qué volví el sábado siguiente
- Brian Ibarburu
- 22 may
- 2 Min. de lectura

Introducción
Todos tuvimos una primera vez. Y en fotografía de bodas… bueno, la mía fue en Tacuarembó, allá por 2015.
No recuerdo el nombre de la pareja (y probablemente ellos tampoco el mío), pero sí recuerdo dos cosas: los nervios que tenía… y que las fotos fueron, digamos… normales.
Nada desastroso, pero tampoco nada para imprimir en un cuadro 😅
Igual, esa boda fue el primer paso de un camino que me trajo hasta acá. Y si estás leyendo esto, capaz te sirve para ver que nadie nace sabiendo —ni siquiera sabiendo dónde pararse en la iglesia.
¿Cómo llegué a mi primera boda?
Fue gracias a un amigo que tenía una discoteca llamada Área 51. Cada vez que lo contrataban para una fiesta y le pedían fotógrafo, él me llamaba. Así caí en esa boda.Cobraba muy poco (realmente poco), pero también era lo que valía mi experiencia en ese momento: cero bodas, muchas ganas.
Sabía que era una gran responsabilidad. Era el casamiento de un militar, con protocolo en la iglesia y todo. Y yo, con mi Nikon D3200, un 35mm DX, un 50mm y un flash, me metí de lleno en algo que no tenía idea de cómo funcionaba en la práctica.
¿Estaba preparado? No. Pero fui igual.
Hasta ese momento había hecho cumpleaños infantiles, 15 años, cosas más relajadas. Pero era mi primera boda y eso es otra cosa.Y aunque no hicimos preparativos (solo ceremonia y fiesta), ya sabía que estaba jugando en otra liga.
El salón era chico, con luz complicada, y un techo de quincho que rebotaba todo a marrón. Técnicamente, me faltaba muchísimo. Eso me puso nervioso todo el tiempo.No tenía referencias, no había sido segunda cámara de nadie, no sabía ni qué fotos había que hacer entre ceremonia y baile. Pero ahí estuve.
Lo resolví como pude (y con mucho respeto)
A nivel emocional, entendía perfectamente que era un momento único para ellos.Y eso me pesaba, en el buen sentido. Quería hacerlo bien, aunque no supiera cómo.
Las fotos importantes salieron, las otras… bueno, fueron un aprendizaje.
Ellos quedaron conformes en su momento. Pero si algún día leen esto y siguen casados: les regalo una sesión de pareja, va con cariño. 😅
Lo más importante: supe que quería volver
A pesar de todo, ese día confirmé que era esto lo que quería hacer.Salí de esa boda sabiendo que tenía que aprender más, que necesitaba formarme, pero que lo mío era contar historias con la cámara.
Y sí, volví al sábado siguiente.Y al otro. Y al otro.Y nunca más paré.
Cierre
Las primeras veces nunca son perfectas. Pero lo importante es estar, hacerlo con respeto, y aprender para la próxima.Hoy miro hacia atrás y me río. Pero también agradezco. Porque esa boda medio marrón, medio caótica, fue el primer paso de todo lo que vino después.
Comentários